El bastión de Malek
Kain (vo): Coloqué la cabeza de Nupraptor frente al Pilar de la Mente y observé cómo se disolvió en la piedra. El Pilar aceptó su ofrenda siendo así restablecido.
Nupraptor no era sino el principio. Para siempre mancillado con su locura el Círculo estaba más allá de la redención. Para ellos, su perdón estaba sólo en la muerte. En mí, encontrarían su liberación.
Pero primero tenía que derrotar a su protector: Malek, defensor de los Nueve, se guarecía en un torreón lejos hacia el norte, cruzando Vasserbünde. Iba siendo hora de desafiar la cólera del Pilar del Conflicto.
Ariel: La muerte en el Círculo da un soplo de vida a los Pilares. Por cada Pilar existe un artefacto y sólo con éstos serán restaurados.
Pero para cazar a un guerrero, primero debes derrotar a su guardián. Encuentra a Malek y destrúyelo. Sólo entonces el Círculo caerá.
Por el camino que lleva a Coorhagen, Kain recuerda…
Kain (vo): Hace años nos llegaron noticias sobre una extraña epidemia que puso en cuarentena a unas cuantas aldeas lejanas del este. Pero los rumores no pudieron prepararnos para el horror que significaría la peste.
Kain encuentra una pila de cuerpos descomponiéndose…
Kain (vo): Gusanos y lombrices se comian su piel ulcerada. El olor a sangre infectada rezumaba a través de las heridas sobre las que se alimentaban. Penoso, qué desperdicio. Sangre buena desaprovechada.
Kain observa un cartel con el nombre de Coorhagen…
Kain (vo): Coorhagen, mi hogar. La más refinada ciudad en todo Nosgoth, rica en vanidad y presunción. No imaginaba que la bienvenida que recibiría sería esta.
Ya dentro de Coorhagen, Kain observa la masacre realizada por la peste…
Kain (vo): La muerte y la enfermedad acechaban las calles. La mayoría de los cuerpos yacían en el mismo sitio en el que el destino se los llevó. Un regreso al hogar perfecto.
Desde un promontorio a las afueras de Coorhagen, Kain divisa el bastión de Malek en la lejanía…
Kain (vo): El bastión de Malek, posado desafiante en lo alto de la montaña. Negro como la noche en contraste con el manto de nieve que lo cubría. ¿Qué clase de hombre elegiría una tierra tan árida e inhóspita?
Kain accede al torreón y se adentra. Malek se revela a Kain…
Malek: Sé que estás aquí, demonio. El hedor de la muerte te delata.
Kain (vo): El interior era tan frío y estéril como la nieve de fuera. Con armaduras vacías y lanzas, el gélido acero recubría las paredes.
Cuando Kain encuentra el primer soldado…
Malek: Mis guerreros no son sino la sombra de mi destreza, muchacho.
Kain encuentra el primer generador de energía…
Kain (vo): La estructura metálica daba vida a estos espectros. Sólo podía acertar a adivinar su función: fusionar el alma de los guerreros muertos hacía tiempo a sus armaduras para que pudiesen combatir de nuevo.
¿Vida sin sangre? ¡Qué disparate!
Kain desactiva este generador…
Malek: ¿Esperas superarme, Kain? No te preocupes, tu desafío no quedará sin respuesta.
Encuentra y desactiva un segundo…
Malek: Tu muerte viviente no te hace inmortal, vampiro.
E igual con un tercero…
Malek: Vienes a cazar al cazador de vampiros, ¿verdad?
En una habitación secreta, Kain descubre el origen de la energía de las máquinas…
Kain (vo): La esfera suministraba energía a la maquinaria. Con su destrucción, el eco del ensordecedor chirrido de las máquinas cesó por todo el bastión. Iba siendo hora de silenciar a su creador.
Malek: Estás poniendo a prueba mi paciencia, novato. En vez de eso, ¿quieres probar el filo de mi espada?
Kain sale al patio exterior. Después accede a la estancia principal donde se halla el trono que preside el bastión…
Kain (vo): Mis ojos anhelaban algo de contraste. Mi boca babeaba sedienta de sangre. En esta tierra devastada por el frío, la comida era escasa y mi hambre crecía.
Kain (vo): Los guardias de la puerta no ofrecieron resistencia. Eran un bloque de hielo y al estar muertos su carne se soldó al frío metal de su armadura.
Entrado a la estancia principal, Kain descubre el cadáver de Malek sentado en un trono…
Kain (vo): Un cadáver presidía la corte en un andrajoso trono sonriéndome maliciosamente con su ennegrecida dentadura.
Malek: No es frecuente que un hombre vea su propio cadáver. Es una experiencia amarga. Pero no estoy ni mucho menos interesado en mi propio cadáver de lo que estoy en ti. ¡Prepárate, vampiro!
Comienza la pelea. Tras atacar varias veces a Malek, éste obliga a Kain a retroceder hasta llegar a un dispositivo que le permite salir del bastión…
Kain (vo): Parecía que el destino de Malek con mi espada había sido pospuesto. Quizá Ariel pudiese ofrecerme algún consejo.