Kain devuelve el golpe
Kain (vo): Este artefacto parecía estar hecho para aquella extraña cerradura. Ahora la puerta podía abrirse.
Kain observa la estatua en honor a Malek situada en el patio interior de la fortaleza…
Kain (vo): Malek. El gran guerrero Sárafan. Me había encontrado en él en el pasado. Su espada y escudo parecían haberse extraviado.
Agarrándolo por sorpresa, Kain interroga a un soldado Sárafan…
Kain: Dime, ¿dónde puedo encontrar a tu amo? ¡Rápido! ¿Moebius está…?
Soldado: En la… torre.
Kain: ¡Bien!
En una habitación situada en el interior de la capilla se halla el escudo de Malek…
Kain (vo): ¡El escudo perdido de Malek! Odiaba tener que devolverle su dignidad, pero tenía que llevar esto a su monumento para poder seguir avanzando.
En otra estancia exterior, Kain consigue la espada de Malek…
Kain (vo): La espada de Malek pertenecía a su mano derecha. Por muy fastidiosa que fuese la tarea, la devolvería al lugar que le correspondía.
Una vez devueltos los dos objetos, Kain puede proseguir su camino…
Kain (vo): Ahora, el camino hasta la torre quedaba abierto ante mí. Estaba deseando encontrar a Moebius y reanudar nuestra conversación.
Kain encuentra otro trozo más del emblema para la Segadora…
Kain (vo): ¡Curioso! Este artefacto, unido con la reliquia que descubrí antes parecía formar un solo fragmento de un emblema más grande. Este pedazo estaba dotado con fuego elemental, que aumentaba tanto mis poderes telequinéticos como los de la Segadora.
Kain accede a la estancia de Moebius…
Moebius: ¡Aquí estás por fin! Veo que has encontrado el fragmento del Emblema del Equilibrio. Esto te será aún de más ayuda, si puedes encontrar los otros tres. Ahora si te parece…
Kain: ¡Sí! Prosigamos con nuestra conversación pero en términos ligeramente diferentes. Ahora, ¿qué tienes que contarme, Moebius?
Moebius: ¡No puedes matarme! Ambos sabemos que no es así cómo o cuándo muero.
Kain: Matarte no es lo único que puedo hacerte.
Moebius: Aaaarrgh… tus fantasías de cumplir las absurdas profecías de los vampiros han distorsionado tu buen juicio y Raziel no es lo que tú piensas.
Kain: ¡¿Te atreves a imaginar lo que yo pienso!?
Moebius: Así que has impedido que el alma de Raziel entre en la Segadora. ¿De veras crees que con esto has eludido tu destino? ¿O el suyo? ¿O el de la misma Nosgoth? Tus manipulaciones son patéticas.
Kain: Pero Raziel conserva su libre albedrío y eso es lo que te asusta ¿eh, Moebius? No puedes ver su camino, así que no puedes controlarlo.
Moebius: Ni tampoco tú. Es verdad. Raziel es inexcrutable para nosotros, pero vemos las consecuencias de sus posibles acciones y todos los caminos que puede escoger conducen al mismo resultado. Te matará, Kain. Al perdonar a Raziel has escrito tu propia sentencia de muerte.
Kain: Todavía no has contestado lo que vine a preguntarte: ¿dónde está Raziel?
Moebius: No está en el sentido estricto aquí. No en este momento.
Kain: ¡No pongas a prueba mi paciencia, Moebius! ¿Qué has hecho con él?
Moebius: Está retenido. Con el tiempo quizá sea seguro liberarle. Su destino debe completarse. Entrará en la espada pero hasta entonces es peligroso. Mucho más de lo que puedas imaginar.
Kain: ¿Y cuál es tu prueba incontestable?.
Moebius: Las respuestas están claras si sabes dónde buscar. Ve al oeste de los Pilares. Allí encontrarás un testimonio inscrito en la piedra.
Acto seguido, Moebius se esfuma, dejando sólo a Kain…
Kain (vo): Pero las piedras también pueden mentir.
Saliendo al balcón, Kain observa los Pilares a la distancia…
Kain (vo): Los Pilares de Nosgoth se veían prístinos en el horizonte. Al oeste, encontraría la iluminación que Moebius creía que me faltaba .