Blood Omen

El vampiro Vorador

Kain se adentra en el bosque Termangente…

Kain (vo): El bosque negro reinaba aquí. Y aunque sus dominios raramente eran invadidos por aquellos que viven a la luz, fue llamado hogar por este misterioso Vorador.

La leyenda cuenta que hubo un tiempo en el que Vorador derrotó a Malek el Sárafan. Si tal hombre existió, entonces quizá pudiese ser la clave para vencer al Guardián.

Más adentro, en el pantano…

Kain (vo): Qué extraño que Vorador eligiese una morada tan arriesgada para él. El pantano sólo podía ofrecerle a un vampiro riesgo y dolor.

Ya frente a la mansión de Vorador…

Kain (vo): La guarida de Vorador estaba escondida en lo más profundo del bosque Termangente, ubicada entre zarzas y enredaderas que se aferraban desesperadamente a la oscura y resistente piedra.

Kain entra y admira el lujo del que hace gala la mansión de Vorador…

Kain (vo): El hedonismo con el que este Vorador se rodeaba era impresionante. Su riqueza avergonzaría a los soberbios nobles de mi anterior vida.

Kain sigue observando las el lujo del que hace gala la mansión…

Kain (vo): Que esta vulgar muestra de fortuna permaneciese intocable era testimonio del dominio del miedo sobre la avaricia.

En un balcón de una habitación adyacente…

Kain (vo): La oscuridad era apaciguada y a lo lejos, agudo y dulce, surgía el olor a sangre derramada.

Kain dirige su mirada hacia una de las esclavas de Vorador…

Kain (vo): Sus encantos eran casi visibles a través de la gasa de su ropa, aunque poseer tal belleza sólo les deparó la muerte. Eran las mascotas de Vorador, bestias esclavas a su voluntad y una presa fácil para mí.

Vampiros, todos ellos, dominados por otro aún más fuerte.

En otra habitación, Kain encuentra humanos encadenados a la pared…

Kain (vo): ¡La despensa de Vorador! ¡Un festín de vampiros! Como ganado aguardando la matanza, los hombres y mujeres se balanceaban en los ganchos oxidados sobre las paredes del calabozo. La sangre y las vísceras cubrían la mugre y la piedra.

La abundancia casi me agobió. La sangre es la vida…

En otra sala muy diferente Kain encuentra humanos que han sido torturados…

Kain (vo): La habitación en la que entré no tenía más que un propósito. La tortura y ejecución de seres humanos para el sádico deleite de su ingeniero.

La sangre salpicaba cada rincón. El horror y la agonía de anteriores víctimas aún se oía a través de las mortales paredes. Una sinfonía de terror y sufrimiento llenó el aire. Entonces, en mitad del lamento de almas en pena, apareció la malévola risa del mismísimo vampiro.

Kain (vo): Y sobre la pared, inscritas con sangre, estaban las palabras: Manus Celer Dei.

Avanzando por la mansión, Kain encuentra un libro sobre un pedestal…

Kain (vo): Entre las posesiones de Vorador, encontré una antigua crónica:

Hace mucho, los vampiros crecieron en tal número como para captar la atención del Círculo. La Orden de los Sárafan, o los Ángeles de la Luz como fueron llamados, fueron instados a atajar la amenaza. Así, la Purga de Vampiros comenzó.

Controlando a un humano, Kain observa los telares que adornan una habitación…

Kain (vo): Los tapices tejían un relato de caos en llamas, una orgía de fuego y dolor. Los seres muertos vivientes, con pieles podridas endurecidas con azufre y ceniza, llamaban mi atención a través de un ardiente abismo. Sus torturadas y fijas miradas eran testimonio del precio de la debilidad.

No compartiría su destino. Aunque la sangre llama a la sangre.

Por fin, Kain encuentra a Vorador…

Kain (vo): En las entrañas de ese bosque negro encontré algo peor que el infierno. Una visión de en qué me estaba convirtiendo…

Vorador: No es frecuente ver a uno de los nuestros, especialmente a uno tan joven y tan estúpido como tú. Pero bueno… bebe. Echa un buen trago y dale un capricho a tu don.

Kain (vo): ¿Un don? ¡Bah! Vorador pensaba que mi maldición era una bendición. Que somos dioses y que los mortales ofrecen su sangre como sacrificio para que pudiésemos disfrutar de nuestros poderes sobrenaturales.

Y en algún lugar dentro de mi nuevo Yo sabía que tenía razón. Que los mortales sueñan con ser adoradores. Adorarnos a nosotros, suspirando por nuestro poder.

Reflexioné sobre esto mientras el viejo estúpido parloteaba sobre su pasado. Un aburrido relato de cómo él derrotó a Malek el Sárafan y volcó su venganza sobre el Círculo de los Nueve por apoyar la Guerra Santa de los Sárafan para exterminarnos…

Vorador: Después de asesinar a seis de las ovejas derroté a su patético pastorcillo, Malek.

Desde entonces nuestra raza no ha molestado al ganado, excepto para alimentarse. Y te sugiero que hagas lo mismo. Mezclarse en asuntos de humanos no puede reportarnos nada bueno. Los cazadores de los Sárafan son demasiado fastidiosos como para involucrarnos. ¿Me he explicado con claridad, Kain?

Kain asiente tímidamente con la cabeza…

Vorador: Bien. Toma este anillo. Siempre que necesites ayuda, él me invocará. Olvida tu arrogancia de juventud. Me caes simpático, Kain. Sería una pena perderte en el abismo. ¡Ahora largo!

Kain abandona la sala donde se encontraba…

Kain (vo): Mi visita a Vorador sólo consolidó mi decisión. Su poder olvidado por los mortales había caido ante otro enemigo. La decadencia es a veces el peor de los enemigos.

Tras salir de la mansión, Kain reflexiona…

Kain (vo): Y así abandoné ese lugar, con el conocimiento de en qué clase de monstruo me convertiría si dejaba que mi maldición me consumiera y con un aliado para el futuro.