La corrupción de los Pilares
Raziel abre los portones que abren paso a los Pilares…
Raziel (vo): ¡Los Pilares de Nosgoth! Perfectos, intactos e incorruptos. Nunca los había contemplado en este estado impoluto. Y aún así, al mirarlos, algo profundo e imborrable resonó en mi interior.
Allí esperando en el corazón mismo de los Pilares, estaba el cáncer destinado a destruirlos.
Raziel saca la Segadora y acercándose sigilosamente, se dispone a luchar contra Kain…
Kain: Sé que estás ahí, Raziel.
Raziel: Moebius me trajo a ti, Kain, aunque podría haber imaginado que nos encontraríamos aquí.
Kain: Y si Moebius te dijera que me oculto en las profundidades del infierno, ¿te lanzarías al olvido para perseguirme?
Moebius busca al ignorante y al incauto y aleja a su presa jadeante de la corriente de su destino. No caigas en su red, Raziel.
Raziel: Ahórrame tus complicadas metáforas, Kain. Te he perseguido hasta aquí por un motivo. ¡Pagarás por tu traición y así se restablecerá el Equilibrio en Nosgoth!
Kain: ¿Y qué voluntad se cumplirá entonces? ¿La de Raziel o la de Moebius?
Raziel: ¿Sería mejor que me manipularas tú, Kain? Ahora vuélvete y mírame. La cacería ha terminado.
Kain: Esto no es una cacería, Raziel. Somos simples pasajeros de la Rueda de la Vida cuyo círculo perfecto llega hasta este punto. Hemos sido traidos aquí por una razón, sin embargo, he visto el principio y el final de nuestra historia y el relato es tosco y maléfico. Debemos cambiar el final. Tú y yo.
Raziel: ¡Mírame, Kain! Ni siquiera tú deberías morir como un cobarde.
Kain: ¿No se acostumbra a preguntar al condenado su última voluntad?
Raziel: No recuerdo tal cortesía de tu parte.
Kain: Concédemela, Raziel. Sólo te pido que me escuches.
Este es el sublime momento de nuestra perdición, Raziel. El inefable punto de apoyo sobre el que gira toda nuestra historia. Aquí es donde toda Nosgoth es traicionada.
En ese instante, Ariel, guardiana del Equilibrio, es asesinada por oscuras fuerzas empeñadas en derribar los Pilares. Su espíritu está escapando, perdido en el eter, intentando encontrar su camino hasta aquí. Ya has visto cómo viene a embrujar estos pilares.
Raziel: Atada a este lugar por tu negativa a morir. Tú eres el culpable de que esta tierra esté enferma. Mientras sigas vivo, condenarás a Nosgoth a la decadencia eterna.
Kain: Quieto, Raziel. ¡Mira esto!
Los Pilares se corrompen y se resquebrajan…
Kain: Mientras Ariel muere, renazco para ocupar su lugar como guardián del Equilibrio. Ese es mi destino.
Raziel: Dios mío.
Kain: En el momento de mi primer llanto, el guardián Nupraptor, amado de Ariel, encuentra el cadáver de ésta. Atormentado por el dolor y las sospechas de traición, Nupraptor se hunde en una locura que le desborda e infecta a todos los guardianes debido a su unión simbiótica, incluyéndome a mí.
Las repercusiones del asesinato de Ariel estaban calculadas con ojo experto. Todo el Círculo cae en la locura y yo soy mancillado en el momento de mi nacimiento, incapaz en ese mismo instante de representar el papel que el destino me ha preparado.
Raziel: ¿He de mostrarte la misma misericordia que mostraste tú al resto del Círculo? Los asesinaste con total indiferencia para restablecer sus Pilares, pero tu mano titubeó cuando llegó el sacrificio final.
¿Por qué ibas a salir impune, Kain? Sólo eres el último que queda en pie. ¿Por qué me condenas sólo por llevar a cabo lo que tú no tuviste el coraje de hacer?
Kain: ¡Dejémonos de falsa moral ¿de acuerdo?! Los dos sabemos que no hay altruismo en esta búsqueda. Tu precipitada indignación te trajo aquí. Contaba con ello.
No te avergüences, Raziel. La venganza es suficiente motivo. Al menos sé honesto. ¡Ódiame, pero hazlo con honestidad!
De aquí a treinta años tengo ante mí un dilema. Llamémoslo una moneda de dos caras.
Si la moneda cae de un lado, me sacrifico y restablezco así los Pilares. Pero soy el último vampiro superviviente de Nosgoth. Sería la aniquilación de nuestra especie. Moebius se aseguró de ello.Si la moneda cae del lado contrario, rechazo el sacrificio y así condeno a los Pilares a estar derrumbados eternamente. De cualquier manera, el juego está amañado.
Raziel: ¿Entonces coincidimos en que los Pilares son cruciales y deben ser restablecidos?
Kain: Sí, Raziel. Por eso hemos regresado a este lugar.
Raziel: Entonces al final me das la razón. Para salir de este punto muerto debes morir y dejar que nazcan los nuevos guardianes.
Kain: Los Pilares no les pertenecen a ellos, Raziel. Nos pertenecen a nosotros.
Raziel: Tu arrogancia no conoce límites, Kain.
Kain: Hay una tercera opción. Un gran secreto oculto aquí ante tu misma presencia. Pero es algo que debes descubrir por ti mismo. Desentierra tu destino, Raziel. Lo tienes aquí, esperándote.
Raziel: Tú mismo lo dijiste, Kain. Tu moneda sólo tiene dos caras.
Kain: Eso parece, pero imagina que lanzas una moneda una y otra vez y un día ésta cae de canto.
Kain se esfuma dejando a Raziel sólo…
Raziel (vo): No sé qué me impulsó a detener mi mano. Por qué permití que Kain escapara después de perseguirlo durante tanto tiempo. No tenía ninguna razón para confiar en Kain después de que me valorara tan poco, pero sus palabras me intrigaron.
Había sido cruelmente utilizado para hacer de peón suyo. Pero si realmente este mundo tenía secretos que divulgar, yo estaba decidido a hacerlo.
Raziel continúa su viaje y vuelve a encontrase con los mismos pájaros que ya había visto antes…
Raziel (vo): Desde el mismo momento de mi llegada tuve la constante y certera sensación de ser observado. Al parecer, alguien estaba profundamente interesado en mi presencia aquí.
Después encuentra una extraña puerta que representa un ser parecido a él…
Raziel (vo): A juzgar por su apariencia, esta puerta llevaba siglos cerrada. Empecé a comprender que mi presencia aquí no era mera coincidencia. Bajo esta figura alada de piel azul y manos hendidas parecidas a las mías, con esa extraña llave…
Introduciendo la Segadora en la cerradura, la puerta se abre ante Raziel…
Raziel (vo): Con una sensación de gravedad e inquietud, abrí la antigua puerta y atravesé el umbral.