El barrio industrial
Kain (vo): Dejo la relativa seguridad del santuario y me aventuro de nuevo en la noche. Descubrí que el barrio industrial de Meridian estaba fuertemente guarnecido.
En vez de asaltarlo directamente, me moví con discrección entre los obreros y comencé la búsqueda de la Piedra Nexo.
Un poco más adentro en el barrio industrial…
Vorador (susurro): Te han seguido.
Kain: ¡Bah! Esos humanos nunca se fijan en mí ni se imaginan que su futuro señor camina entre ellos. Ahora háblame de ese lugar.
Vorador (susurro): Umah me ha dicho que la Piedra Nexo se encuentra en la fábrica principal, más allá de la presa. Una góndola te estará esperando para llevarte allí. Si está desactivada, debes buscar el glifo para activarla. Pero ten cuidado con los guaridas.
Kain: ¿Tienes algo más que susurrarme?
Vorador: Presiento que otro vampiro está cerca. Puede estar vigilándote. Te susurraré de nuevo cuando sea necesario.
Kain (vo): De nuevo comienzo a sentir las obligaciones que tiene el poder de impartir justicia para todos. Un día, mi pueblo me conocerá de nuevo como su señor pero los vampiros que traicionaron a su pueblo serán los primeros.
En un almacén más adelante, unos guardias hablan entre ellos…
Soldado 1: ¿Has visto alguna vez algo así?
Soldado 2: ¡No lo toques! He oido que es mágico y peligroso.
Soldado 1: Eso dicen de todo. Los trabajadores mueven esto a diario. Vamos, no creo que sea peligroso.
El barril con el que jugaban hace explosión…
Más tarde, en la fábrica principal, un soldado alerta a Sebastian…
Soldado 3: ¡Señor, un cuerpo! ¡Hemos encontrado un cuerpo!
Sebastian: No será el último. Él está aquí, siento la sombra de su gran arrogancia. Dobla la guardia en la cámara de poder. No debe acercarse a la Piedra Nexo.
Soldado 3: ¿Quién es él, señor?
Sebastian: Un viejo amigo que al fin aprenderá cuál es su lugar en el mundo. Si ves o escuchas algo fuera de lo normal infórmame inmediatamente.
Kain consigue llegar hasta la cámara donde se halla la Piedra Nexo y allí encuentra a otro vampiro…
Sebastian: ¡Contemplad al gran Kain! Ahora un vulgar ladrón.
Kain (vo): El demonio que seguía mi sombra se ha mostrado al fin y a la luz le reconocí: otro rostro de mi pasado.
Kain: Sebastian, eres tú quien ha estado siguiéndome.
Sebastian: Te ha llevado tu tiempo descubrirme. Mi maestro me ha enviado para evitar que sigas entrometiéndote. Y ahora debes morir.
Kain: Tu maestro sabe que sus días están contados. Podría haberte perdonado la vida pidiéndote que te unieras a mí pero aprendí esa lección hace doscientos años. Tú organizaste la emboscada que destruyó a mi ejército. Te vendiste a nuestro enemigo.
Sebastian: Yo organicé el golpe que te costó la guerra. Glorioso ¿verdad? Tantos murieron y tan rápido y todo por mí.
Kain: Nunca comprendí por qué.
Sebastian: ¿De verdad pensabas que te serviría mientras tú gobernabas Nosgoth? ¿Tú y no yo? Lord Sárafan supo valorarme. Yo gobierno a su lado y consigo lo que tú nunca lograrías.
Kain: Estúpido. ¿Crees que ese carnicero te permitirá vivir un sólo segundo cuando ya no te necesite? Te salvaré de tu gran error, Sebastian, matándote ahora.
Sebastian: He esperado doscientos años para tener el placer de matarte con mis propias manos. Mientras has estado durmiendo, mis poderes han aumentado. No tienes la más mínima oportunidad de derrotarme.
Kain consigue reducir a Sebastian…
Kain: Háblame de la Piedra Nexo y su portal. ¿Cuál es su propósito? Habla y te dejaré vivir.
Sebastian: Vamos, Kain, estás mintiendo y ambos lo sabemos. Vas a matarme.
Kain: Entonces compláceme antes de morir.
Sebastian: Te lo diré para poder ver tu rostro cuando lo sepas. No puedes hacer nada. No puedes vencer. Tu muerte es inevitable.
El portal de la Piedra Nexo lleva a un antiguo artefacto oculto en las profundidades que acarreará tu destrucción, Kain. Un nuevo reinado comenzará en Nosgoth.
Kain: ¿Cuál es el propósito de ese artefacto? ¿Cómo servirá a Lord Sárafan?
Sebastian: A decir verdad, no me ha confiado ese conocimiento pero pronto todo el mundo lo sabrá. Sus planes están a punto de ponerse en marcha.
Kain: ¿Dónde está el artefacto? ¿En qué lugar bajo tierra?
Sebastian: Se encuentra bajo Meridian. Búscalo si quieres. Muero feliz sabiendo que todos tus esfuerzos serán en vano.
Kain: Uhm, Sebastian. Nuestro destino podría haber sido glorioso. La tierra estaba esperando a ser conquistada. Podríamos haber formado parte de la Historia.
Pero no todo el mundo compartía mi visión y ahora ha llegado tu fin. Tu muerte me hará más fuerte. Espero que eso te reconforte en tu tumba.
Sebastian muere y Kain adquiere su dote oscura. Tras eso, roba la Piedra Nexo y el edificio comienza a derrumbarse entre explosiones…
Umah: ¡Bienvenido de vuelta! ¿Cómo te sientes?
Kain: Un poco mejor que muerto. ¿Cómo he llegado aquí?
Vorador: Tienes suerte. Uno de nuestros vampiros te vio saltar desde el tejado de la fábrica cuando explotó. Te trajo aquí. Los Sárafan estaban demasiado ocupados para fijarse en ti. Veo que tienes la Piedra Nexo.
Kain: Y yo veo que has sido lo bastante cortés como para no quitármela mientras yacía inconsciente. Me encontré con un viejo amigo, un vampiro protegiéndola. Antes de que le matara me contó algo inquietante.
Habló de un antiguo artefacto bajo tierra que proporcionaría la victoria a Lord Sárafan. ¿Qué sabes de eso, Vorador?
Vorador: He oido hablar de extraños descubrimientos bajo tierra. Las antiguas leyendas hablan de enormes máquinas en las profundidades de la Tierra dejadas por los dioses hace eones y sé de alguien que puede contarnos la verdad sobre ese asunto.
Es una vidente. Un ser del que se dice que es incluso más viejo que yo. Por suerte me debe un favor. Ve a verla, Kain y descubre lo que sabe.
Kain: ¿Ir a verla? Esta ciudad es una fortaleza amurallada. ¿Cómo te propones que salga?
Vorador: Hay un pasaje secreto que sale de la ciudad. Te lo mostraré. Sigue un cañon que lleva hacia el norte hasta su morada.
El camino no será fácil. Extrañas bestias merodean fuera de la ciudad atacando a los viajeros. La gente les llama demonios.
Kain: Creo que ya me he encontrado con uno de esos antes. Espero que los conocimientos del vidente merezcan el riesgo.