Venganza

Raziel encuentra a sus antiguos hermanos en su anterior vida y comienza a asesinarlos…

Zephon: ¿Vienes a cobrarte venganza, demonio?

Melchiah: ¡Regresa a tu infierno!

Raziel (vo): Reconocí a aquellos dos como mis antiguos hermanos, en vida como Sárafan, y en la no-vida como hijos vampiros de Kain: Melchiah y Zephon, la prole más débil de Kain. Esos bastardos no sabían lo que les deparaba el futuro. Cómo se convertirían en lo mismo que despreciaban.

La Segadora zumbó con voraz anticipación. Janos la había llamado hoja vampírica, dotada del poder para consumir la sangre vital de sus víctimas. Estaba ansioso por ver qué haría la Segadora con esos dos.

Raziel acaba con los sacerdotes Sárafan…

Raziel (vo): Cuando Melchiah y Zephon cayeron ante mi hoja, sentí la sed de sangre de la Segadora tan intensamente como cuando yo aún era un vampiro. Pude sentir como se difuminaba la frontera entre nosotros: la Segadora estaba consumida por mi rabia y yo embriagado por su ansia de sangre.

La hoja tenía un efecto revitalizador en mí. Mi energía física ya no decaía con el tiempo y las heridas infringidas por mis enemigos se curaban casi instantáneamente. La Segadora me había hecho invencible.

Prosiguiendo su camino, Raziel encuentra a los siguientes sacerdotes Sárafan…

Dumah: ¿Has venido a reclamar el negro corazón del monstruo? Tendrás que pasar por encima de mí.

Rahab: Tendrás que pasar por encima de nosotros.

Raziel (vo): Después mis antiguos hermanos Dumah y Rahab se enfrentaron a mí. Todo parecía elegantemente organizado. Estimulado por la Segadora, estaba ébrio de revelaciones.

Por fin podía apreciar la deliciosa ironía de la broma blasfema de Kain y disfruté cuando me confabulé con él a través de los siglos pues fui yo quién llevó a esos bastardos a su tumba aportando los cuerpos para que Kain adoptase a sus hijos vampiros al cabo de un milenio.

Finalmente confronta a Turel…

Turel: ¡Vuelve a tu hoyo demoníaco, reptil!

Raziel (vo): Y por último mi hermano Turel, que junto a Dumah me llevaría al Abismo sin cuestionar la orden de Kain.

Tan obediente y recto, incluso como vampiro. Supongo que algunos hábitos no se pierden nunca.

El vampiro Turel había evitado mi venganza. El Turel Sárafan no lo haría.