La llegada
Moebius: “¿Dónde estoy?” es la pregunta habitual. En tu caso, sería más conveniente decir “¿Cuándo?”.
Raziel reconoce a Moebius e intenta atacarle pero su hoja espectral queda inutilizada por la vara de Moebius…
Raziel: Muy bien, vieja serpiente. Si lo prefieres usaré mis manos desnudas.
Moebius: ¡Esto es algo totalmente inesperado! Este orbe inutiliza a nuestros enemigos vampiros, dejándolos indefensos e incapacitados. Curiosamente parece tener el mismo efecto sobre esa extraña arma tuya. Pero créeme. No pretendo hacerte ningún daño.
Raziel: Puedes abandonar esa apariencia benevolente, Moebius. Sé quién y qué eres. Debería matarte aquí mismo.
Moebius: Tal vez deberías muchacho. Pero no lo harás.
Raziel: ¿Estás seguro de eso, Moebius?
Moebius: Mi papel como guardián del Tiempo me permite cierto nivel de omniscencia, Raziel. No, no me matarás. Ese honor será de tu creador, Kain, dentro de unos treinta años.
Raziel: Sois tal para cual. Eres igual de fatalista que él.
Moebius: A todos nos llega la hora Raziel. Es sólo cuestión de tiempo.
Raziel: ¿Cómo es que sabes mi nombre? Nunca nos hemos visto.
Moebius entra en la sala contigua…
Moebius: Lo cierto Raziel, es que te conozco muy bien, y me aflige ver lo cruelmente que te ha utilizado Kain. Te conocí cuando pertenecías a la hermandad de los Sárafan, Raziel. Incluso congeniábamos.
Raziel: Oh, por favor…
Moebius: Por suerte, ya no tienes que apreciarme para ser mi aliado.
Raziel: ¿Estamos en el interior de la fortaleza del clero Sárafan?
Moebius: Sí. Pero me temo que los días de gloria de este grupo pasaron hace tiempo. Esta época es más… cínica e indecorosa. Mi ejército de mercenarios habita ahora en esta fortaleza. Procuramos honrar la memoria de los Sárafan con nuestra propia y humilde cruzada.
Raziel dirige su mirada hacia un mural en el que Vorador está representado…
Raziel: ¿Es éste el vampiro Vorador?
Moebius: Sí. La lacra del Círculo. El ejemplar más depravado y decadente de toda su degenerada raza. Asesinó a seis de mis compañeros guardianes, quienes se encogieron atemorizados en esta misma sala.
Raziel: Y, de algún modo, tú sobreviviste a la masacre.
Moebius: Y otros dos conmigo. El Círculo quedó destruido. Sólo nosotros tres nos salvamos.
Raziel: ¡Qué casualidad! Me perdonarás si no me trago ingenuamente cada retazo de información que dejas caer. Eres famoso por tu falsedad.
Moebius: ¿Quién me ha calumniado de tal manera? ¿El malhechor de Kain? ¿El que te traicionó y destruyó? ¿Nuestro enemigo común? Antes de juzgarme, ten en cuenta la fuente.
Olvidémonos pues, de reavivar nuestra vieja amistad. Pero plantéate una alianza basada en nuestros puntos en común. Ambos queremos a Kain muerto. Puedo ayudarte a conseguirlo.
Raziel: No te entrometas en esto, viejo. Conozco de sobra tus sórdidos trucos, pero este asunto te supera.
Moebius: Me subestimas, Raziel. Deja que te muestre…
Moebius se acerca la pila de la habitación y muestra a Kain en los pilares…
Moebius: Incluso ahora, Kain te está esperando sin saber que te he sacado de la corriente temporal para traerte aquí conmigo. Míralo junto a los mismos Pilares que está destinado a destruir: Seguro en su estupidez de haber eludido tus garras.
Raziel: ¿Los Pilares siguen en pie en esta época?
Moebius: Sí, Raziel. Son la representación de la fuerza divina que preserva la vida de nuestro mundo. Los que servimos a los Pilares mantenemos su delicado equilibrio y Kain está destinado a ser el punto de apoyo de dicho equilibrio.
Creo que ya te has enfrentado al yermo resultante de su terrible y egoista decisión. La existencia misma de Kain es un cáncer para este mundo. Mientras viva, todo Nosgoth está en peligro.
Tal vez no vuelvas a ser humano, Raziel. Pero puedes reencontrar la esencia de tu humanidad y la nobleza de tu pasado Sárafan. Ve hasta él, Raziel y acaba con esto.
Pero primero tendrás que salir de la fortaleza y me temo que en eso no puedo ayudarte. Mis soldados no comprenderán tu presencia aquí e intentarán matarte. Por supuesto, no has de temer. No están a tu altura. Procura que las bajas sean mínimas pero haz lo que tengas que hacer.
En todos los grandes movimientos, hay mártires.
Moebius se desvanece dejando sólo a Raziel…
Raziel (vo): Una vez sólo, observando lo que me rodeaba, vi una segunda cámara de flujo en el tiempo. Su entrada era idéntica a la de la primera, pero con una distinción. Ese cristal era importante, pero todavía no había descubierto para qué.
Raziel sale de la habitación buscando una salida y va observando detalles de la fortaleza a medida que avanza…
Raziel (vo): Por toda la fortaleza descubrí pruebas de mi anterior nobleza y mi vida como sacerdote Sárafan. Esta era la herencia que tan perversamente me robó Kain cuando entró en mi cripta sagrada y me profanó.
Cuando Raziel se aleja lo suficiente de la vara de Moebius, el efecto del orbe sobre la Segadora se debilita…
Raziel (vo): Lejos de la influencia de la vara maldita de Moebius, podía sentir como regresaba lentamente la fuerza de la Segadora de Almas.
Si ese orbe debilitaba tanto a los vampiros como a la espada, Moebius tenía una gran ventaja sobre sus enemigos. Al fin comprendí cómo pudo la cruzada de Moebius diezmar a los vampiros tan fácilmente. Si podía inmovilizar a sus enemigos, estos quedaban a su merced.
Pero ¿por qué tendría la vara algún efecto sobre la Segadora?