El flujo temporal
Raziel accede hasta el dispositivo temporal que encontró a la llegada a esta era…
Raziel: Ah, sí. Me gusta lo que veo en tu rostro, Moebius. Ahora no sabes qué hacer. ¿No es cierto, viejo? Hete aquí, sorprendido sin tu condenada vara. Y sospecho que las cosas no van como esperabas. No estás acostrumbrado a que la mosca se vuelva contra ti en tu telaraña ¿verdad?
Moebius: La tortuosa influencia de Kain ha envenenado tu mente, Raziel. Ves traición por todas partes. Incluso en tus aliados más cercanos.
Raziel: Nunca hemos sido aliados, Moebius. Conspiradores tal vez, por poco tiempo.
Moebius: ¿Por qué no mataste a Kain cuando tuviste la oportunidad? Lo tenías a tu merced.
Raziel: Precisamente. Tuve la oportunidad y elegí la misericordia. Y ahora conozco tu sórdido secreto. La importancia del desplazamiento que sentí cuando las dos Segadoras se unieron. Aunque parezca extraño fui iluminado por el tortuoso Kain y no por ti. De hecho, he aprendido mucho más de lo que esperabas.
Ahora entiendo cómo has intentado manipular toda la Historia en tu propio beneficio, pero ahora, todas tus pequeñas intrigas se desmoronan a tu alrededor ¿verdad? Todo porque decidí ejercer mi voluntad por una vez en lugar de obececer las órdenes de hechiceros, espíritus y demonios que entonaban el mismo tedioso estribillo: ¡Mata a Kain!
A partir de ahora seguiré mi propio camino, Moebius. Voy a descubrir la verdad que se esconde detrás de todo esto.
Moebius: Pero nos condenas a todos con tu proceder irreflexivo.
Raziel: En absoluto irreflexivo. Hice uso de toda la voluntad que logré reunir. ¿Mi negativa a matar a Kain ha barajado las cartas que tenías minuciosamente apiladas?
Moebius: ¿De verdad piensas que estás ejerciendo tu libre albedrío, Raziel? No eres más que el siervo de Kain.
Raziel: No sirvo a Kain, simplemente no lo maté.
Moebius: Raziel, no olvides tu objetivo. Estás destinado a ser el salvador de Nosgoth.
Raziel: Ah, estoy harto de oir esa frase. En cuanto a salvar a Nosgoth, por ahora veo pocos motivos para preocuparme. De aquí en adelante eligiré mi propio objetivo, tejedor del Tiempo. Ahora mismo elijo manipularte a ti, para variar. Ve hacia allí.
Moebius: ¿Qué estás haciendo?
Raziel: Vamos, Moebius, eres una serpiente astuta. Seguro que lograrás imaginártelo. Esta época ya no me sirve para nada. Harás funcionar este dispositivo para facilitarme una entrada. Quiero ver el mundo en una era más sencilla. Antes de que los Sárafan empezaran su cruzada.
Moebius: ¿Y qué hay de Kain? Estás dejando atrás a tu presa.
Raziel: Mátalo tú si lo crees tan importante.
Moebius: Sólo tienes que tocar los dos extremos del interruptor y el dispositivo te transportará, pero te ruego que recapacites.
Raziel: Has perdido tu capacidad de persuasión, viejo. ¡Púdrete aquí y olvídame!
Raziel acciona el dispositivo según indicaciones de Moebius y se desplaza a través del flujo temporal. Al salir observa el estado en el que se encuentra la fortaleza Sárafan…
Raziel (vo): Sospeché la traición mientras salía de esa infernal cámara de flujo temporal. La fortaleza estaba vacía, abandonada y en ruinas.
Buscando la salida, encuentra una efigie de Moebius sosteniendo la cabeza de Vorador…
Raziel (vo): Si tenía alguna duda sobre la época en la que me encontraba, esa gigantesca imagen la había disipado. Allí estaba Moebius. Asesinado hacía tiempo por Kain. Venerado y beatificado como el lider martirizado de su sangrienta cruzada.
Y por si no era prueba suficiente, sólo había que observar el horrible trofeo que Moebius sostenía. La cabeza cortada de Vorador. La victoria definitiva de la sanguinaria camada de Moebius. Su ejecución marcó la aniquilación de los vampiros.
En vez de enviarme al pasado de Nosgoth, Moebius me había llevado un siglo hacia adelante en su espantoso futuro. El propósito detrás de este pequeño desvío era inconfundible. Al no lograr convertirme en su obediente asesino, Moebius intentó ocultarme mi verdadero destino que sin duda estaba en el pasado de Nosgoth.
Aunque su engaño sólo reforzó mi determinación, Moebius me había dejado abandonado aquí. No tenía otra opción que explorar la época en que estaba y ver qué cambios había traido el siglo que siguió a la funesta decisión de Kain. Tal vez el tiempo me había abierto un camino al interior de las montañas donde podría hallar más pistas acerca del misterio de Janos Audron.