El choque entre la Historia y el destino
Raziel regresa de nuevo a la tumba del rey Guillermo. Un soldado desangrado le da la pista de que va a encontrarse con Kain…
Raziel: ¡Muéstrate, Kain!
Kain: Aquí, Raziel. Todo se decide aquí. No puedes comprender la magnitud, el éxtasis y la tragedia de este momento. Y debes hacerlo si Nosgoth ha de ser sacada de los escombros de su condenación.
Raziel: Sólo entiendo esto, Kain: Que Moebius y tú me hayáis empujado hasta este momento sólo significa que no puedo confiar en ninguno de los dos. No sé quién está tirando de los hilos pero ya no importa, pues voy a cortarlos. Desde ahora, seguiré mi propio camino.
Kain: Si fuera así de simple…
Raziel: Tu fatalismo resulta molesto, Kain.
Kain: Y está profundamente arraigado, Raziel. Debes comprender que nuestra presencia aquí no altera la Historia. Tú y yo nos encontramos aquí porque estamos obligados a ello. Siempre nos hemos encontrado aquí. La Historia es inalterable.
Lanza una piedra a un río rápido y la corriente fluirá y discurrirá sin más a su alrededor como si el obstáculo nunca hubiera estado allí. Tú y yo somos guijarros, Raziel, y tenemos menos posibilidades aún de interrumpir la corriente temporal. El transcurrir de la Historia es demasiado fuerte, demasiado resistente.
Pero… ¿entonces cómo se explica lo de Guillermo? El amado niño rey convertido en tirano. En mi juventud, presencié el ascenso al poder de Guillermo y la transformación en la Némesis que asoló Nosgoth.
Raziel: Guarda las distancias, Kain.
Kain: Años más tarde, hallé una forma de volver atrás en la Historia, sin saber que todo aquello había sido organizado minuciosamente por Moebius. Gracias a mi sabiduría, aproveché la oportunidad para asesinar al joven rey antes de que asolara Nosgoth. Y así proporcioné el catalizador que Moebius necesitaba para empezar una guerra genocida contra nuestra raza.
Raziel: ¡Te lo advierto, no sigas!
Kain: Este acto temerario desenredó la madeja de la Historia. La Némesis nunca fue tal. Guillermo murió como un santo martir. Yo, el asesino vampiro me convertí en el autor de la extinción de mi propia especie. Y Moebius se aprovechó de todo. Destruí a un tirano para crear a otro aún peor.
Pero, ¿cómo pudo ser así? ¿¡Cómo, si la Historia es inmutable!? La respuesta, está en esta habitación, Raziel.
Moebius nos instigó a Guillermo y a mí pero primero hizo que ambos estuviésemos armados con la Segadora de Almas. La Segadora es la clave. Dos encarnaciones de la espada se encuentran en el tiempo y el espacio. Una paradoja, una distorsión temporal capaz de hacer descarrilar a la Historia.
La Segadora espectral de Raziel queda inutilizada por la Segadora material…
Raziel: ¿Esta hechicería es obra tuya?
Kain: Mía no, Raziel, tuya.
No tienes motivos para temerme, Raziel. Tienes todos los ases.
Raziel: Entonces tal vez debería poner a prueba tu sinceridad. Si lo que dices es cierto, deberías estar aterrorizado. Podría matarte aquí y ahora.
Kain: Estás en lo cierto, Raziel.
De pronto, Raziel siente cómo pierde el control de la Segadora…
Raziel: ¿Qué está pasando?
Kain: Nos precipitamos hacia nuestro destino, Raziel. Lo que sientes es la fuerza de la Historia apresurándose a encontrarnos. Aquí es donde chocan la Historia y el Destino.
Si de verdad crees en el libre albedrío, Raziel, es el momento de demostrarlo. Mátame ahora y ambos nos convertiremos en peones de la Historia, arrastrados a la senda de un destino artificial.
Me ordenaron asumir el papel de guardián del Equilibrio de Nosgoth, mientras tu destino es ser su salvador. Pero Moebius redibujó el mapa de mi destino y con él también el tuyo.
Raziel: ¡Esto es una locura!
Kain: Afróntalo, Raziel. Este momento no tiene por qué ser un final, sino un preludio.
Raziel: ¡No puedo!
Kain: ¡Sí puedes, Raziel! Busca en tu interior y así será. Tienes el poder de modificar nuestros inevitables futuros.
Raziel levanta la Segadora y, descargando su golpe sobre la tumba del rey Guillermo, rechaza matar a Kain, cambiando la Historia…
Kain: Pobre Guillermo.
Raziel: ¿¡Qué es esto!?
Kain: La Historia aborrece la paradoja, Raziel. Incluso ahora, la corriente temporal se esfuerza por desviarse tras encontrar su viejo curso bloqueado por tu negativa a destruirme. El futuro se remodela para adaptarse a tu trascendental decisión.
Aquí, es dónde somos restablecidos, Raziel, y reclamamos nuestros destinos deseados. Quizá aún pueda asumir mi papel de guardián del Equilibrio y devolver los Pilares a sus verdaderos herederos.
Raziel: A los vampiros. ¿Y este es el destino que me has instado a descubrir? No sé a qué jugáis Moebius y tú, Kain, pero me niego a ser vuestro peón. A diferencia de ti, todavía reverencio los retazos de humanidad que he conseguido conservar. ¡No me utilizarás como instrumento de tus delirios mesiánicos!
Kain: Muy bien, Raziel. No te pediré que confíes en mí. Ya descubrirás la verdad por ti mismo.
Raziel: Humildes palabras para quien pretende enseñarme una lección a cada momento.
Kain: Entonces, continúa tu viaje y aprende tus propias lecciones, Raziel. Recuerda, Moebius te trajo aquí pero te marchas libre de trabas. Un campeón de libre albedrío y conquistador de falsas historias.
Te queda mucho por descubrir, si es que puedes afrontar la Verdad y estás dispuesto a verla.