Blood Omen

Una oportunidad de venganza

Kain despierta en el inframundo, encadenado a unos postes…

Kain (vo): Vae Victus: Dolor para el conquistado.

Irónico, ahora que era yo el que sufría. No se trataba de algo tan vulgar como el dolor físico. Más que una cruel punzada de rabia impotente, era la sed de venganza.

No me importaba si estaba en el cielo o en el infierno. Lo único que quería era asesinar a mis verdugos.

Algunas veces, se consigue lo que se quiere…

El nigromante Mortanius me ofreció la oportunidad de vengarme y yo, como un incauto, acepté su oferta sin considerar el precio a pagar. Nada es gratuito, ni siquiera la venganza.

Mortanius: Tendrás la sangre que ansías…

Kain vuelve a la vida convertido en vampiro, en la cripta de su mausoleo…

Kain (vo): Desperté al dolor de una nueva existencia, en un húmedo seno de oscuridad y podredumbre.

Espada de hierro. Esta espada forjada por los Serioli, los legendarios maestros armeros de Nosgoth, me ha sido y me será útil de ahora en adelante.

Armadura férrea. Forjada por la magia del nigromante y engendrada de las llamas del infierno, mi armadura resiste el fuego y me porporciona un fuerte blindaje.

Santuario. El conjuro de santuario me transporta a mi cripta, la soledad de mi tumba me da descanso. Recurro a esto si estoy débil y necesito alimentarme.

Corazón de la Oscuridad. Famoso por haber sido arrancado del pecho del más grande de los vampiros que haya existido, Janos Audron, el Corazón de la Oscuridad restaura la no-vida vampírica.

Janos se dio cuenta de lo precioso que era vivir mientras se lo extraían palpitando y sangrando de su propio cuerpo.

Este antiguo frasco contiene en realidad una dote oscura. Con ella mi energía se incrementa.

Estos simbolos arcanos de poder contienen energía mágica pura, la cual incrementa mi capacidad de concentrar magia para pronunciar los hechizos.

En el interior de los muros de estas cámaras puedo encontrar descanso y, si así lo prefiero, puedo continuar mi viaje cuando mi cansancio disminuya.

Cuchillas. Estos curiosos artefactos lanzan rafagas de energía giratoria y destripan a mis enemigos humanos arrancando la andrajosa carne de sus ensangrentados huesos.

Kain sale al exterior…

Kain (vo): A mis ojos, el mundo había cambiado. No esperaba que la luz resultase tan cruel. El calor del sol no hacía más que molestarme. Con el tiempo esto iría a peor, además de otras cosas.

Kain sale del cementerio dispuesto a encontrar a los bandidos que lo asesinaron…

Kain (vo): La llamada de la venganza no entiende de hambre o fatiga. Encontraría a mis asesinos y los enviaría al lugar del que venía.

Bandido 1: ¿Qué engaño es este?

Bandido 2: ¡Ahí está! ¡Matadlo!

Bandido 3: Te daba por muerto, bastardo.

Bandido 4: Si pudimos matarte, ahora también podremos.

Kain (vo): Sus despreciables caras se grabaron por siempre en mi memoria. Había cruzado la muerte para este momento. En mi mente sólo había un único pensamiento: ¡Matar!

Tras matar a los bandidos que lo mataron…

Kain (vo): No hay mayor liberación que la venganza saciada. Con mis asesinos muertos, mi búsqueda había terminado.

Mortanius: Esto no ha acabado, Kain. Esos necios simplemente eran el instrumento de tu asesinato, no la causa. Busca a sus maestros. Encuentra los Pilares y ábrete paso hasta la fortaleza de la Mente.

Kain encuentra una señal con el nombre de la ciudad Ziegsturhl

Kain (vo): Aquí fue donde tuvo lugar mi sangriento asesinato. No tendría piedad con los que no me ayudaron. Probarían mi acero y yo su sangre.

Cruzando un puente que deja atrás Ziegsturhl…

Kain (vo): El nigromante no me advirtió de las responsabilidades que acarrearía mi resurrección y debo confesar que, en mis prisas, tampoco pensé en ninguna.

¿Sería su regalo una maldición? Buscaría una respuesta en los Pilares.

La primera vez que comienza a llover…

Kain (vo): Cuando cae la lluvia, el vampiro sensato se resguarda de su abrasivo contacto.

La primera vez que amanece…

Kain (vo): Cuando la luz alcanza a la oscuridad, el poder de un vampiro disminuye.

La primera vez que anochece…

Kain (vo): Cae la noche, y con ella los vampiros nos volvemos más fuertes.