La batalla de la decisión final
Kain (vo): Entré en la corte con la cabeza del creador de muñecas en una mano y la muñeca que contenía el alma de la chica en la otra. Coloqué ambos objetos frente al rey y vi sus ojos inyectados en sangre. Con la muñeca en su poder, los hechiceros de la corte pudieron recuperar el alma de su hija.
Ottmar: No sé cómo podré agradecértelo lo suficiente, guerrero. Mi reino no es sino un pequeño precio a pagar por la vida de mi hija. ¡Willendorf es tuyo, si así lo deseas!
Kain: No es tu reino lo que deseo sino tu ejército, Ottmar. Preciso de tropas para vencer a la horda que desciende hacia nosotros desde el norte.
Ottmar: Muy bien. ¡Cortesanos, traedme mi armadura y mi maza! ¡Hay una guerra que ha de ser emprendida!
La acción se desarrolla ahora en el campo de batalla…
Ottmar: ¡La escoria de Nosgoth está sobre nosotros, amigos! ¡Moriremos hoy como héroes para no vivir mañana como esclavos! ¡Preparad las armas!
¡¡Por Nosgoth!!
Kain se involucra en la lucha…
Kain (vo): A lo lejos, vi a los ejercitos de la Némesis avanzar, una marea negra que pronto barrería a los ejércitos de la Esperanza.
Durante la batalla…
Kain (vo): Sacié mi sed con guerreros de la Horda y la Esperanza por igual. En sus resignados momentos finales su muerte me daba fuerzas.
Kain (vo): Venían a mí en masa con un fervor superior al inspirado por un loco. Los ejércitos de la Némesis estaban furiosos y no mostraban signos de calmarse.
Kain ve morir a Ottmar…
Ottmar: La Nemesis y su horda cayeron sobre nosotros, amigo mío. Me temo que no podré defender más a Nosgoth. La Némesis debe de ser destruida. Por mi hija, Kain, por el mundo…
Kain (vo): La marea cesó con la muerte de Ottmar. Vi cómo los supervivientes de los ejércitos de la Esperanza huían hacia la seguridad del bosque. La batalla había decidido su ganador. El destino de Nosgoth yacía ahora en manos de la Némesis.