La ciudad superior
Nada más entrar en la ciudad, Kain encuentra a otro viejo conocido…
Marcus: ¡Entonces, los rumores son ciertos!
Kain: ¡Marcus! Viejo amigo.
Marcus: Has elegido mal las palabras, Kain. No somos amigos.
Kain: ¿Vas a estropear esta reunión con viejas rencillas? Cierto. No nos separamos con una gran relación.
Marcus: ¡Intentaste matarme!
Kain: Parece que no lo conseguí.
Marcus: Temías mis poderes cada vez mayores. Sabías que un día sobrepasarían los tuyos. ¿Por eso es por lo que me suplicaste que luchara a tu lado cuando comenzaste la guerra sobre Nosgoth?
Kain: ¿Suplicarte? Yo nunca suplico.
Marcus: En tu arrogancia, pensaste que ya estaba muerto. Pero yo era más fuerte de lo que pensabas. Salí arrastrándome de mi refugio y huí para ocultarme.
Kain: Ah, ese es el Marcus que recuerdo.
Marcus: Cuando los Sárafan acabaron por vencer, sabía que mi destino estaba al lado de Lord Sárafan. Me ofrecí al bando vencedor.
Kain: Siempre supe de tu oportunismo cobarde y rastrero. Que pena que mi escasa puntería te haya causado tanto sufrimiento. Esta vez morirás para siempre. Te lo prometo.
Marcus: No, Kain. Una vez más me subestimas. Las dotes oscuras se manifiestan de un modo diferente en cada uno. Durante tu ausencia, mis poderes han aumentado enormemente.
Ahora tengo el poder de encantar a cualquier ser vivo, de subyugar sus mentes y obligarlas a cumplir mi voluntad. Te arrodillarás ante mí, Kain, y Lord Sárafan se alegrará de conocer a mi nuevo esclavo. Ahora, ¡obedéceme!
Marcus utiliza su poder para dominar a Kain, pero no puede hacerse con el control…
Marcus: ¿Qué? ¡Imposible!
Kain: ¿Con qué criaturas has estado practicando? ¿Estúpidos y torpes mortales con sus mentes llenas de negocios y estiercol? Mi mente es demasiado fuerte para tus poderes.
Marcus: No importa. Mi poder mental aún me permite leer tus pensamientos. Buscas al obispo de Meridian, ¿verdad? Él tiene alguna información que tú necesitas.
Kain: Un truco inteligente.
Marcus: Te aseguro que nunca obtendrás esa información. Puede que encuentres al obispo, Kain, pero cuando lo hagas, ya estará muerto.
Kain: No si lo encuentro antes.
Marcus utiliza su poder mental para hechizar a soldados y que entretengan a Kain mientras él huye. Marcus se dirige después hacia otro centinela Sárafan…
Marcus: ¡Eh, tú! ¡Vas a llevarme a casa del obispo ahora mismo!
Soldado Sárafan: Tenemos órdenes de buscar a un vampiro.
Marcus: ¡A mí no, estúpido! ¡Ya me conoces! ¡Kain! ¡Kain es a quién tú buscas!
Soldado Sárafan: Bueno, no creo que se pare a decirnos su nombre.
Marcus: Teneis que matarle en cuanto le veáis.
Soldado Sárafan: Esas son nuestras órdenes.
Kain llega hasta la calle, persiguiendo a Marcus. Vorador susurra a Kain…
Vorador (susurro): Kain, soy Vorador. Debes llegar a la mansión del obispo al otro lado de la ciudad. Sólo él puede mostrarte el camino a la fortaleza Sárafan. Se ha establecido el toque de queda, así que ten cuidado en las calles. Los guardias buscan a cualquier sospechoso y te atacarán si te ven.
Más adelante, Vorador aconseja a Kain un modo de entrar en el edificio…
Vorador (susurro): Kain, la mansión del obispo está cerca. Sin embargo, las patrullas Sárafan han bloqueaado todas las calles. Puedes intentar engañarlos para que abran las puertas. Encuentra la torre del reloj y haz sonar la campana. Los obreros pensarán que ha llegado la hora del relevo y abrirán las puertas.
Llegando a la mansión del obispo, Kain observa a Marcus dirigirse a un centinela Sárafan…
Soldado Sárafan: Tenemos órdenes de buscar a un vampiro.
Marcus: Tenéis que matarle en cuanto le veáis.
Kain, una vez entro de la mansión, encuentra a uno de los sirvientes del obispo al que interroga…
Kain: ¡Eh, tú! ¿A qué te dedicas aquí? ¿Quién eres?
Mayordomo: Le ruego que tenga piedad, buen señor. Yo soy… era el mayordomo del obispo de Meridian. Pero los Sárafan ahora están dentro. Pensé que sería mejor esperar aquí.
Kain: ¿Por qué están aquí?
Mayordomo: Acusan al obispo de ayudar a la resistencia de los vampiros. Están buscando pruebas. Se lo ruego, no les diga que estoy aquí. Haré lo que sea.
Kain: Sí. Lo harás. Dime dónde puedo encontrar al obispo.
Mayordomo: No puedo. Quiero decir que no lo sé.
Kain: ¿Te hará cambiar de idea si te digo que me envía Vorador, vampiro de la Resistencia? ¿O simplemente tendré que rajarte el cuello y continuar mi búsqueda? Dejaré que decidas.
Mayordomo: La catedral. Ha huído allí. Pensó que allí estaría a salvo.
Kain: Un lugar santo no detendrá a sus perseguidores. ¿Dónde está la catedral?
Mayordomo: Hacia el noreste. Pero no te servirá de nada. No podrás entrar sin la autorización adecuada.
Kain: Te sugiero que me indiques el camino, ahora.
Mayordomo: Naturalmente, señor. Por aquí, señor. Es un placer para mí servirle. Este túnel le llevará de nuevo a las calles.
Kain: Gracias. Buenas noches.
Siguiendo las indicaciones del mayordomo, Kain entra en la catedral y encuentra allí al obispo…
Kain: Busco información para entrar a la fortaleza Sárafan. Debe mostrarme el pasaje para entrar. Me envía Vorador.
Obispo: Aaaggghhh…
Kain: ¿Qué te sucede? ¡Habla!
Marcus: Sólo habla si yo se lo ordeno.
Kain: ¿Qué?
Marcus: Has llegado demasiado tarde, Kain. Está completamente subordinado a mí.
Kain: Libéralo y puede que te deje con vida.
Marcus: Soy yo quien tiene las cartas ahora, Kain. Ríndete ante mí o acabaré con él.
Kain: ¿Qué me importa a mí la vida de un mortal? Sin embargo, la idea de matarte por fin me atrae. Dime, Marcus, ¿de verdad crees que puedes detenerme?
Marcus: ¡No te acerques! No puedes vencer. El obispo no te dirá nada mientras siga bajo mi control. Y tú, jamás me atraparás.
Marcus huye perseguido por Kain. Finalmente, éste le da caza y comienza la pelea…
Tras derrotar a Marcus, Kain consigue apropiarse de su dote oscura. Después encuentra que el obispo que ha vuelto en sí…
Kain: ¡Anciano! ¿Seguís vivo?
Obispo: ¿Yo? ¡Sí! Sí, estoy vivo. He de darte las gracias por haber destruido a ese demonio. Me robó mi mente.
Kain: Era un principiante. Obispo necesito su ayuda. Vorador me ha enviado para conseguir entrar en la fortaleza Sárafan. Uno de nuestros miembros está encerrado allí.
Obispo: Entrar en la guarida de la bestia no parece lo más inteligente, pero sí, te ayudaré. Te llevaré hasta allí. Te enseñaré la entrada.