La ciudad inferior
Umah: ¡Bien hecho, Kain! Has demostrado tu ingenio al negociar la Guarida del Contrabandista. Quizás nuestro líder tenía razón respecto a ti después de todo.
Kain: ¡Ah, sí! El líder misterioso. Quizás me digas ahora de quién se trata.
Umah: No te diré su nombre para que siga siendo un secreto pero ya es hora de que os encontreis. Debes ir al Santuario, nuestro cuartel general. Allí encontrarás a nuestro líder.
Kain: Ve aquí… ve allí… ¿Quién te has creido que soy? ¿Tu chico de los recados?
Umah: Ahora no eres un general, Kain. No estás en posición de exigir. Ve al Santuario y espérame allí. Mis órdenes son investigar el Barrio Industrial del norte de la ciudad. Me reuniré contigo en el Santuario y llevaré todo lo que descubra.
Kain: ¡Necesito respuestas, muchacha! Quiero a Lord Sárafan.
Umah: Igual que todos nosotros, Kain, pero el momento debe ser el oportuno y tú debes estar preparado.
Kain: No cometas el error de subestimarme.
Umah: No lo haré. Eres nuestra última esperanza. No dejaré que te pierdas por una acción prematura.
Kain: ¿¡Entonces dónde está ese santuario!?
Umah: Cerca de la taberna “El Cuervo Rojo”. Habla con la tabernera. Ella te dirá lo que has de hacer.
Kain (vo): ¿Por qué la obedecí? ¿Por qué confié en ella aunque sólo fuera por un momento? Siempre había sido independiente, pero en esta ocasión…
Umah: Hoy me has dejado impresionada, Kain. Pronto volveremos a trabajar juntos y libraremos a nuestro país de esta plaga.
Adentrándose en la ciudad, Kain encuentra bloqueado su paso a la zona de los trabajadores…
Duncan: Esta área está restringida. Esta noche el paso es solamente para trabajadores.
Kain: Soy del turno de noche.
Duncan: Entonces dime ¿para quién trabajas?
Kain: No trabajo para ningún hombre.
Duncan: ¡Mueveté y no me hagas perder el tiempo!
Kain: Nos volveremos a ver, pronto…
Kain se adentra en los barrios y llega hasta la taberna que Umah le indicó…
Tabernera: ¿Qué puedo ofrecerte?
Kain: Información. Me envía Umah. Tú tienes un mensaje para mí.
Tabernera: Yo sólo sé lo que ellos me dijeron.
Kain: ¿Y quiénes son ellos?
Tabernera: ¡Lo prometo! ¡Estaba oscuro y no podría decir de dónde venía la voz! ¡Era como si la misma noche me hubiera hablado!
Me dijo que te diera el mensaje: “Busca al vendedor cerca del almacén porque él tiene noticias para ti”.
Kain: ¿Eso es todo?
Tabernera: ¡No! Si le dices a ese estúpido de Duncan que trabajas para los comerciantes de Duckets, te dejará pasar por la puerta que lleva a la zona de los trabajadores.
Tras hablar con la tabernera, Kain se dirige hacia el humano que guarda el acceso de los trabajadores…
Duncan: Ya te lo dije antes… obreros.
Kain: Trabajo para los comerciantes de Duckets. Ahora déjame pasar.
Más adelante, encuentra a otro vigilante que guarda el camino al Santuario…
Humano: Necesitas la contraseña para entrar.
Cerca de ahí, encuentra al vendedor que la tabernera le dijo…
Kain: Buenas noches, amigo mío.
Vendedor: ¿Puedo ayudarle, señor?
Kain: Umah me ha enviado. Tú y yo tenemos que hablar.
Vendedor: Ah, eres uno de ellos ¿verdad?
Kain: ¿A qué te refieres?
Vendedor: No importa. Entonces ¿estás buscando el Santuario?
Kain: Correcto.
Vendedor: Está oculto debajo de la tienda de la Señora Azul, en la parte este del distrito. Los guardias han cortado casi todas las calles esta noche así que no será fácil llegar hasta allí.
Tejados, callejones e incluso alcantarillas siempre se ofrecen para quienes desean evitar llamar la atención. Sin embargo, aquellos que las habitan pueden no ser muy amistosos.
Lo primero que tendrás que hacer es cruzar la puerta por aquel callejón. La contraseña es: Noche eterna. Te dejará pasar.
Kain: Gracias.
Con el conocimiento de la contraseña, Kain regresa al puesto del anterior centinela…
Humano: ¿Contraseña?
Kain: Noche eterna.
Humano: Espera…
Con el conocimiento de la contraseña, Kain regresa al puesto del anterior centinela…
Centinela Sárafan: ¿Qué criatura merodea en la oscuridad? Sal de ahí y muere
Tras cruzar el puesto de guardia, Kain llega a una plaza repleta de cadáveres. Allí encuentra a otro vampiro…
Sebastian: ¿Qué pobre alma ha tenido la desgracia de interrumpir mi comida?
Kain: Una que comparte tu sed y tu maldición.
Sebastian: Oh, una voz del pasado. Entonces los rumores son ciertos. Kain camina de nuevo sobre Nosgoth.
Kain: ¿Por qué me conoces, criatura?
Sebastian: Cómo me gustaría acabar contigo aquí y ahora, sin embargo me requieren en otro sitio. Buenas noches.
Kain: ¡Espera!
Kain persigue al misterioso personaje…
Sebastian: ¿Te gusta mi trabajo, Kain? Esta noche la cena ha estado muy bien.
Kain: Eres un carnicero descuidado, vampiro. Pones en peligro tu presencia con esta sangría.
Sebastian: Pero no es mi presencia lo que está en peligro, Kain, es la tuya.
Kain: Entonces trabajas para los Sárafan.
Sebastian: ¡No trabajo para nadie excepto para mí mismo! Ah, había olvidado lo mucho que odiaba tu tono arrogante. Será un placer callarte para siempre. Muy pronto nos volveremos a encontrar.
Kain llega al santuario de la Cábala. Allí encuentra a Vorador…
Kain (vo): ¡Vorador! El sado-hedonista reformado del bosque Termangente. Lo conocí antes de que adoptara su nuevo papel de patriarca. Todavía sigo sin confiar en él.
Kain: Ah, sí. ¿Quién sino el padre de los vampiros dirigiría la Resistencia? Es un honor para mí, Vorador.
Vorador: No necesito falsas cortesías de tu parte, Kain. Somos aliados sólo por necesidad, aunque te doy la bienvenida al Santuario.
Kain: No tiene el esplendor de tu antiguo castillo, pero supongo que dará igual.
Vorador: Cumple su función, pero no tenemos tiempo. El poder de los Sárafan crece día a día. Pronto todos nuestros refugios serán destruidos. Nos enfrentamos de nuevo a nuestra extinción.
Kain: En otra ocasión ya pensaron que nos habían destruido y les has demostrado su error. Creaste una nueva raza, algo que yo nunca podría haber hecho, y pronto yo tuve mi ejército.
Vorador: Ahora estamos divididos…
Kain: …y muriendo! Entonces despierta y crea más hermanos de nuestra raza.
Vorador: Se necesita tiempo y energía para crear un vampiro. No tengo la fuerza, no como Umah te dijo. Debemos matar a Lord Sárafan. Cuando él esté muerto, su poder se deteriorará. Has llegado muy lejos, Kain, y has mostrado ser nuestro mejor aliado. Debemos planear nuestro ataque.
Soldado vampiro: ¡Vorador!
Vorador: ¿¡Qué!?
Soldado vampiro: ¡Ha sucedido lo peor! Perdóneme señor. Umah ha sido capturada.
Vorador: ¿Capturada? ¿¡Cómo!?
Soldado vampiro: Umah estaba investigando el edificio principal del Barrio Industrial como usted solicitó. Yo me quedé de guardia fuera. Ella me susurró que había encontrado algo importante.
Vorador: ¿De qué se trata?
Soldado vampiro: No lo sé. Antes de que pudiera decírmelo fue descubierta por caballeros Sárafan. Acudí en su ayuda pero había demasiados guardias por todas partes. No pude llegar hasta ella. Les oí decir que la llevarían a la fortaleza Sárafan para ser ejecutada en público.
Vorador: ¡No!
Soldado vampiro: Entonces los guardias comenzaron a perseguirme y tuve que huir. ¡Suplico perdón, Vorador!
Kain: Necesitamos su información.
Vorador: Necesitamos salvar su vida, Kain.
Kain: Por supuesto. ¿Y debo rescatarla yo, señor?.
Vorador: Nosotros no podemos acercarnos a la fortaleza, seríamos descubiertos inmediatamente. Tú tienes el poder de disfrazar tu presencia, pero la entrada principal de la fortaleza está muy vigilada. Debes hablar con el obispo de Meridian.
Kain: ¿Un obispo es nuestro aliado?
Vorador: La promesa de la inmortalidad puede ser muy persuasiva para un obispo cuya fe en la vida eterna no es muy fuerte. El obispo conoce una entrada secreta a la fortaleza Sárafan. Le encontrarás en la Ciudad Superior. Dile que vas de mi parte y te permitirá entrar en la fortaleza.
Kain: ¿Y si Umah está muerta cuando llegue?
Vorador: En ese caso, su descubrimiento morirá con ella y con él nuestra esperanza. Vete, Kain, y encuentra al obispo. La vida de Umah depende de ti, igual que las nuestras.