Blood Omen 2

La ciudad de los Hylden

El barco que partió desde los muelles arriva a la ciudad de los hylden con Kain como único pasajero

Kain: El emperador charlatán asoma la cabeza.

Lord Sárafan: Estás lejos de casa, hombre tenebroso.

Kain: ¡Ahórrate la charla, demonio! Tus secretos me han sido revelados. Tus planes han quedado reducidos a la nada, frustrados por mi voluntad.

Lord Sárafan: Has creado más dificultades de las que esperaba pero nada ha cambiado. Tu llegada había sido prevista. Ante ti tienes tu muerte.

Kain: ¿No sabes que tu famoso Artefacto está destruido? Tu esperanza de controlar Nosgoth ha fracasado. ¡Este mundo es mío!

Lord Sárafan: No entiendes nada. Eres un vestigio degenerado de una raza maldita condenado a caminar noche tras noche como un parásito. Tu vida es sin duda tan corta como la de aquellos de los que te alimentas.

Mi raza es una parodia distorsionada de nuestra anterior belleza. Somos, como tú, dioses caídos que han perdido sus antiguos poderes. Pero prevaleceremos. Limpiaremos este mundo de seres como tú. Y traeremos una nueva y gloriosa era. ¡Muere!

Lord Sárafan ataca a Kain con la Segadora pero la Piedra Nexo portada por Kain repele el ataque…

Lord Sárafan: ¿¡Eh!? ¡La Piedra Nexo!

Kain: Apropiado, ¿verdad? El mismo objeto que usaste para derrotarme ahora se vuelve contra ti. Estás acabado.

Lord Sárafan: Eso no importa. La Puerta permanece abierta y mientras hablamos mi ejército, a quien este débil mundo no ha tenido el gusto de ver, se prepara para entrar. ¡Nosgoth sigue siendo mío!

Lord Sárafan se desvanece y Kain se adentra en la ciudad Hylden. Dentro, encuentra a dos esclavos conversando…

Esclavo: Eso no es tan fácil.

Esclava: ¿Por qué no? Si nos quedamos aquí moriremos seguro.

Esclavo: ¿Y a dónde iremos?

Esclava: Podemos subir a borde de uno de esos buques. Traen gente constantemente. Deben venir de donde hay otros como nosotros.

Esclavo: ¿Y si nos cogen?

Esclava: Si nos quedamos moriremos. ¿Cuál es la diferencia?

Esclavo: ¿Y si el lugar al que van los barcos es peor?

Kain se presenta interrupmiendo la conversación…

Esclavo: ¿Quién? ¿Qué es eso?

Esclava: Es él. Tiene que serlo. Mírale. Es el que se está enfrentando a ellos.

Esclavo: Señor, ¿eso es cierto? ¿Eres el vampiro que ha estado luchando con esos demonios?

Kain: Soy Kain. ¿Conocéis bien este lugar?

Esclava: Sí, mi señor.

Kain: Debo encontrar el artefacto que esas criaturas usan para ocultar su presencia en esta ciudad.

Esclava: Él puede mostrártelo. ¡Síguele!

Esclavo: Ahí es, mi señor. Ese edificio. Les he oido hablar. El artefacto que buscas está dentro.

Kain: Gracias. Ahora dime, ¿qué es eso?

Esclavo: Esa es la única forma de entrar. Las puertas del edificio no funcionan.

Esclava: Como casi todo en ese lugar.

Kain: ¿Y qué hay allí?

Esclavo: No lo sabemos.

Esclava: Pero las historias cuentan que ese lugar es donde los demonios aparecieron en nuestro mundo.

Kain: ¿Historias? ¿Cuánto tiempo lleva tu pueblo en este lugar?

Esclava: Hemos estado aquí siempre. Los relatos más antiguos dicen que los dioses nos abandonaron aquí.

Esclavo: Hay otros como nosotros. Son nuevos, débiles. Los demonios los trajeron de otros lugares para trabajar. Ellos cuentan otras historias.

Esclava: No tienen conocimiento de la llegada de los demonios. Nosotros se lo explicamos.

Kain: ¡Ya basta! ¡Silencio! Seguramente ese edificio lleva a la Puerta, pero primero debo de destruir el artefacto.

Kain (vo): ¿Cuánto tiempo llevan los hylden aquí? Mientras nosotros confiados luchábamos y vencíamos en nuestras pequeñas guerras en la superficie.

Tras conseguir adentrarse en el edificio, Kain destruye la máquina que protegía la ciudad…

Vorador (susurro): Kain, las defensas de la ciudad de los hylden han sido desmanteladas. Janos ya no tiene ninguna barrera de protección.

Kain: Obra mía. He desactivado su estúpida magia, al menos durante un tiempo.

Vorador (susurro): Entonces estamos preparados para ayudarte. Janos está lanzando un conjuro que nos transportará a tu lado enseguida.

Kain: Excelente.

Vorador (susurro): Espero ansioso poder agradecerte en persona que hayas salvado la vida de Umah.

Kain: Sí, por supuesto.

Janos y Vorador aparecen junto a Kain…

Janos Audron: Intentaré detectar la localización de la Puerta Hylden.

Vorador: ¿Dónde está Umah, Kain? No puedo sentirla.

Kain: No se reunirá con nosotros.

Vorador: Umah está muerta, ¿verdad? Llegaste demasiado tarde.

Kain: No. Recibió el destino que se merecía. Ella me robó la Piedra Nexo.

Vorador: ¿¡Así que te negaste a ayudarla!?

Kain: La traté como hago con todos los traidores y por tanto la maté.

Vorador: ¿¡Que hiciste qué!?

Kain: Hice lo que tú habrías hecho a cualquier humano o vampiro que desafiara tu voluntad.

Vorador: ¡Monstruo!

Kain: Ella eligió su destino. ¿Actuaba como una obediente lugarteniente que seguía las órdenes de su superior? ¡No me importa! Lo hecho, hecho está.

Vorador: ¡Nos equivocamos al confiar en ti!

Kain: ¿Deseas volver a la tumba, viejo amigo? No estás en posición de desafiarme.

Janos Audron: No tenemos tiempo para esta discusión. Siento que la Puerta Hylden está cerca. Puedo transportarnos allí.

Kain: Solucionaremos eso en otro momento. Esta noche Lord Sárafan morirá. Mañana, ya veremos.

Antes de que Janos consigua teletransportarlos hacia la Puerta Hylden, Lord Sárafan hace acto de presencia y derriba Vorador y a Janos…

Kain: ¡No!

Lord Sárafan: Este asalto es mío, hombre tenebroso.

Janos Audron: Debo ayudar a Vorador. Sigue sin nosotros, Kain. Puedo transportarte a un lugar cerca de la puerta pero tendrás que llegar hasta ella tú solo.

Usa la Piedra Nexo. Lánzala dentro de la puerta y la magia de la Piedra la destruirá completamente.

Kain: Lanza tu conjuro y terminemos con esto.

Kain llega hasta el edificio donde se halla la Puerta Hylden…

Kain (vo): ¡Al fin! Seguí a mi presa hasta su guarida.

La Puerta Hylden estaba ante mí y desde ella el general Hylden bajo su disfraz de Lord Sárafan pretendía traer a sus ejércitos alienígenas y destruirnos a todos.

Kain: ¡Vuélvete, maldito demonio! El día del Juicio ha llegado.

Lord Sárafan: ¡Kain!

Kain: ¿Pensabas que podrías derrotarme? Tus planes han sido descubiertos, junto con tu verdadera naturaleza. Vuélvete y entra en la puerta que has creado y únete con tu pueblo antes de que te destruya o quédate y serás destruido cuando se derrumbe.

Lord Sárafan: Confieso que no esperaba encontrarte aquí. En el núcleo de mis esfuerzos. De hecho eres un adversario más capaz de lo que me había imaginado.

Kain: Puedes meditar sobre ello cuando hayas tomado una decisión: volver al exilio o morir.

Lord Sárafan: ¿Piensas que el juego ha terminado? ¿Crees que esto terminará conmigo? ¿No te extraña que tantos de tus partidarios de confianza de vez en cuando doblen su rodilla ante mí aceptándome como su señor y uniéndose a mi causa?

Kain: Los cobardes y los traidores no merecen mi consideración, sólo la completa aniquilación.

Lord Sárafan: ¿No se te ha ocurrido que quizá la causa justa sea la mía y no la tuya? ¿Causa justa? Tu ambición por gobernar este mundo no es sino el ansia juvenil de un noblezuelo que ha adquirido muchísimo poder pero nunca suficiente.

Kain: ¡Calla, demonio! Tu necesidad de corromper es demasiado obvia pero todos los traidores que se han unido a ti, incluso Umah, tu último espía, han muerto.

Lord Sárafan: ¿Umah? No tengo ninguna espía llamada Umah.

Kain: ¡Mientes!

Comienza la lucha. Kain logra arrojar a Lord Sárafan al vórtice de la Puerta Hylden, pero éste consigue regresar…

Lord Sárafan: ¿Todavía piensas que puedes vencer? Mientras tengas la Piedra Nexo, mi espada no puede matarte, pero mientras lleves la Piedra para protegerte no puedes usarla para destruir la puerta.

Tablas, Kain, y la oportunidad es mía. Mientras no sea derrotado, con el tiempo estoy seguro de vencer.

Kain: Pero aún no he tomado mi decisión.

Kain toma la Piedra Nexo de su pecho y la tira al vórtice de la Puerta Hylden. Un temblor tiene lugar y la Puerta comienza a cerrarse…

Lord Sárafan: ¡No, no, no!

Kain consigue abatir una vez más a Lord Sárafan que pierde la Segadora. En ese momento Janos aparece para ayudar a Kain…

Lord Sárafan: ¡Tú!

Janos Audron: ¡Sí, tu prisionero! De cuya sangre creaste tus malignos planes.

Lord Sárafan: ¿Qué podría se más justo que tomar nuestra venganza y tu libertad de la misma fuente? Torturarte durante eones de sufrimiento es demasiado bueno para ti, vampiro.

Janos Audron: Pero no para ti, hylden, que has osado poner tu pie corrupto en este mundo tras tu exilio. ¡Vuelve a la dimensión demoníaca a la que perteneces!

Lord Sárafan: ¿¡Y con qué derecho, maldito, enviaste a mi pueblo a ese lugar de maldad!?

Janos Audron: ¿¡Y con qué derecho nos lanzaste la maldición que nos expulsó de la luz y nos convirtió en depredadores de la humanidad!?

Lord Sárafan: Fue justicia por nuestro exilio del mundo. ¡Mira en lo que has convertido nuestra raza!

Janos Audron: Veo que al fin has tomado tu verdadera forma.

Tras enfrentarse, Lord Sárafan derriba a Janos…

Lord Sárafan: ¡Entonces ve y mira en lo que te convierte a ti!

Janos Audron: ¡Kain! ¡La espada!

Kain recupera la Segadora de Almas…

Lord Sárafan: Te sentencio al infierno que has creado. Serás prisionero ¡para siempre!

Janos Audron es lanzado a la dimensión demoníaca a través de la puerta Hylden…

Janos Audron: ¡Noooooooo…! ¡Kain!

Lord Sárafan: Ahora es tu turno.

La estructura comienza a venirse abajo. Kain y Lord Sárafan saltan a la plataforma central donde continúa la batalla y Kain finalmente derrota totalmente a Lord Sárafan…

Lord Sárafan: Has ganado la batalla… pero la guerra entre tu raza y la mía nunca terminará. Nuestro exilio a la dimensión demoníaca también garantiza nuestra inmortalidad.

Algún día… volveremos.

Kain: Si tu raza escapa de su lugar de exilio de nuevo, yo estaré esperando.

Lord Sárafan: No… vivirás tanto

Kain: Viviré lo suficiente para deshacerme de ti.

Kain destruye a Lord Hylden atravesándolo con la Segadora. Después abandona la ciudad de los hylden…

Kain (vo): ¡Umah! ¿Qué fue lo que dijo en el momento fatal en el que me quitó la Piedra Nexo? ¿En qué se diferenciaría mi gobierno del de Lord Sárafan? Si hubieras vivido, Umah, habrías descubierto la diferencia. Habrías confiado en mí.

La guerra terminó. La guerra había sido ganada. Pero aún había otra guerra que combatir. Los crueles amos de Nosgoth, los Sárafan, ahora sin lider, todavía tenían que ser derrocados. Había ciudades que reconstruir y un orden que restaurar. Y un nuevo gobierno, ¡mi gobierno! comenzaría.

El botín para el vencedor. Al fin Nosgoth sería mío.